Consiste en la realización de un registro de la
actividad eléctrica de los diferentes músculos o grupos musculares del cuerpo mediante el uso de electrodos, elementos en forma de aguja fina que emiten impulsos eléctricos y recogen la actividad eléctrica generada por dichos impulsos, un osciloscopio o aparato que detecta la actividad eléctrica generada y sus oscilaciones y un ordenador que recoge e interpreta los datos obtenidos.
Gracias al electromiograma se pueden diagnosticar con precisión
enfermedades neuromusculares congénitas o adquiridas, y permite clasificarlas según su intensidad y origen.
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