En lugar de obtener una imagen de proyección, como la radiografía convencional, la TAC obtiene múltiples imágenes al efectuar la fuente de rayos X y los detectores de radiación movimientos de rotación alrededor del cuerpo.
La representación final de la
imagen tomográfica se obtiene mediante la captura de las señales por los detectores y su posterior proceso. Estas imágenes pueden ser vistas en un monitor de ordenador, impresas en una placa o transferidas a un CD o DVD.
El TAC permite obtener imágenes del interior del organismo, y detectar así
desde un tumor a una patología ósea.
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