La prueba consiste en orinar en un recipiente. El recipiente está conectado a un aparato que mide la cantidad de orina que se expulsa durante un tiempo.
Es una prueba muy sencilla que tarda en realizarse pocos minutos.
La flujometría se realiza cuando existen
alteraciones en la micción (chorro fino o entrecortado, goteo al finalizar, sensación de vaciado incompleto, etc.) y permite diagnosticar entre otras patalogías, obstrucción al paso de la orina, estenosis de uretra, hiperplasia benigna de próstata...
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